La ONCE, con una rica historia desde los años 30, surge de asociaciones de ciegos en España que buscaban medios de subsistencia. Las rifas modestas marcaron el inicio, dando paso al actual Cupón de la ONCE. A lo largo de los años, los cupones evolucionaron, pasando de sorteos provinciales a nivel nacional. Durante la transición política en España, la ONCE se democratizó y tomó un papel activo. Actualmente, la ONCE es una corporación sin ánimo de lucro que promueve la inclusión laboral y tiene la concesión estatal para la comercialización de loterías.
Historia de la Once: Los humildes comienzos y crecimiento de la organización
Creación de asociaciones de ciegos en España
En la década de 1930, en medio de un contexto social y económico deprimido, surgieron asociaciones de ciegos en diferentes partes de España, como Andalucía, Cataluña y Levante. Estas asociaciones fueron creadas con el objetivo de brindar oportunidades laborales a las personas ciegas y mejorar su calidad de vida.
Surgimiento de las rifas como medio de vida
Para ganarse la vida, estos grupos de ciegos comenzaron a organizar rifas modestas. Las rifas se convirtieron en una fuente de sustento para las personas ciegas, ya que les brindaban la posibilidad de generar ingresos de manera autónoma y digna.
Nacimiento oficial de la ONCE y el primer sorteo del cupón
Después de un periodo de negociación con la Administración, el 13 de diciembre de 1938 se estableció oficialmente la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). La ONCE recibió la explotación del cupón 'prociegos' como medio de sustento para las personas ciegas. El primer sorteo de este cupón se llevó a cabo el 8 de mayo de 1939, marcando así el inicio de la ONCE como una entidad comprometida con la mejora de la calidad de vida de las personas ciegas en España.
La evolución de los cupones de la Once a lo largo de los años
La ONCE ha experimentado una notable evolución en la estructura y características de sus cupones desde sus inicios. En esta sección, exploraremos los cambios significativos que se han producido a lo largo del tiempo, desde los primeros cupones de tres cifras y sorteos provinciales, hasta la gestión directa por parte de los ciegos españoles.
Inicios con cupones de tres cifras y sorteos provinciales
En sus primeros años, los cupones de la ONCE se componían de tres cifras y los sorteos se llevaban a cabo a nivel provincial. Esta estructura permitía una participación localizada y un mayor control sobre los sorteos. A medida que la organización crecía, estos sorteos provinciales se convirtieron en una tradición muy arraigada.
Estos primeros cupones cumplían una doble función: brindaban una oportunidad de ganarse la vida a las personas ciegas y generaban recursos para la organización. Las rifas modestas de la época sentaron las bases para lo que se convertiría en el actual Cupón de la ONCE, una parte fundamental de su actividad y fuente de financiación.
La gestión de la Administración del Estado y la toma de las riendas por parte de los ciegos españoles
En sus primeras décadas, la ONCE estuvo mayormente bajo la gestión de la Administración del Estado, que nombraba a un 'jefe nacional' como máximo responsable. Sin embargo, más adelante, los ciegos españoles comenzaron a tomar un papel más activo en la organización y en la toma de decisiones.
Fue a finales de la década de 1970 cuando se produjo un importante cambio en la estructura de la ONCE. Durante la transición política que vivió España tras la muerte de Francisco Franco, la organización inició un proceso de democratización y negociación con la Administración. Se formaron grupos políticos y se tomó la valiente decisión de dar mayor participación a los ciegos en la gestión de la ONCE.
Este hito en la historia de la organización culminó con las elecciones democráticas de junio de 1977, un momento trascendental en el que los ciegos españoles tomaron las riendas de la ONCE. A partir de entonces, la organización ha sido gestionada por sus propios representantes, lo que ha permitido una mayor autonomía y participación de las personas ciegas en la toma de decisiones.
La ONCE ha demostrado a lo largo de su historia un fuerte compromiso social hacia las personas con discapacidad visual. Durante la década de 1960, la organización dio un importante paso adelante al establecer centros de formación pioneros para la capacitación y desarrollo de los ciegos en España. Estos centros, como la Escuela de Telefonía, el Centro de Formación Profesional y la Escuela Universitaria de Fisioterapia, sentaron las bases para la igualdad de oportunidades y la integración social y laboral de las personas con discapacidad visual.
Además del enfoque en la formación, la ONCE también promovió iniciativas culturales que contribuyeron a abrir horizontes y brindar nuevas oportunidades a los ciegos. Se establecieron centros educativos especializados y se implementaron servicios fundamentales, como bibliotecas en formato braille y sonoro, que facilitaron el acceso a la información y a la cultura.
Conforme avanzaba la década de 1970, la organización se enfrentó a cambios políticos significativos en España. La muerte de Francisco Franco y la posterior transición política abrieron un nuevo escenario en el que la ONCE asumió un papel crucial. Durante este período, los ciegos españoles buscaban una mayor participación en la toma de decisiones y la construcción de su propio futuro. La ONCE respondió a esta demanda, llevando a cabo un proceso de democratización interno y negociando con la Administración para garantizar la representación y el protagonismo de los ciegos en la organización.
Establecimiento de centros de formación y promoción de iniciativas culturales
El establecimiento de los centros de formación de la ONCE marcó un antes y un después en la capacitación de los ciegos en España. Estas instituciones brindaron a las personas con discapacidad visual las herramientas necesarias para adquirir habilidades y conocimientos que les permitieran desarrollarse profesionalmente. La Escuela de Telefonía, el Centro de Formación Profesional y la Escuela Universitaria de Fisioterapia se convirtieron en referentes en la educación y capacitación de los ciegos, abriendo puertas a un futuro laboral más inclusivo y prometedor.
Además de la formación, la ONCE también se preocupó por promover iniciativas culturales que enriquecieran la vida de las personas ciegas. La creación de bibliotecas en formato braille y sonoro fue un gran avance en el acceso a la literatura y el conocimiento. Estas bibliotecas permitieron a los ciegos disfrutar de obras escritas y audiolibros adaptados, ampliando así las posibilidades de aprendizaje y recreación.
Mayor participación de los ciegos en la toma de decisiones
La ONCE reconoció la importancia de dar voz y voto a las personas ciegas en la toma de decisiones internas. En busca de una mayor participación y representatividad, se implementaron medidas para garantizar que los ciegos tuvieran su espacio en la organización. Esto permitió que las personas con discapacidad visual pudieran influir en las políticas y acciones de la ONCE, construyendo así su propio futuro y las oportunidades que se les presentaban.
La ONCE durante la transición política: democratización y elecciones democráticas
La ONCE vivió un momento clave en su historia durante la transición política en España. Con la llegada de la democracia, la organización emprendió un proceso de democratización interna, poniendo en práctica valores de participación y representatividad. Se formaron grupos políticos y se tomaron decisiones valientes para asegurar que los ciegos tuvieran voz en la construcción de su propio futuro.
Este proceso culminó con las elecciones democráticas de junio de 1977, un hito importante que marcó el inicio de una nueva etapa para la ONCE. A partir de ese momento, la organización se consolidó como un referente en la representación de los intereses de las personas con discapacidad visual, abogando por la igualdad de oportunidades, la inclusión y la autonomía.
El rol actual de la ONCE en la sociedad española
La ONCE desempeña un papel fundamental en la sociedad española como una corporación de derecho público y sin ánimo de lucro. Su principal objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas ciegas, personas con resto visual y personas con discapacidad en España. A través de sus diversas actividades, la ONCE ha logrado marcar la diferencia y promover la inclusión social y laboral de estas personas.
La ONCE como corporación de derecho público y sin ánimo de lucro
La ONCE no es solo una organización dedicada a la venta de lotería y juegos de azar, sino que también es una entidad de carácter social. Como corporación de derecho público, opera bajo un marco legal establecido y está comprometida con el interés general de la sociedad. Su misión es garantizar el bienestar de las personas con discapacidad visual y promover su plena integración en todos los ámbitos de la vida.
Diversificación de actividades y apoyo a la inclusión laboral de personas con discapacidad
Además de la comercialización de loterías, la ONCE ha desarrollado un amplio abanico de actividades con el fin de apoyar la inclusión laboral de las personas con discapacidad. Una de las iniciativas más destacadas es la creación de fundaciones y empresas, como ILUNION, que se dedican a la contratación y formación de personas con discapacidad en diferentes sectores laborales. Estas empresas proporcionan oportunidades de empleo digno y soporte para superar barreras sociales y laborales.
La ONCE también desarrolla programas de formación y capacitación para promover el desarrollo profesional de las personas con discapacidad. Estos programas incluyen cursos de formación en diversas áreas, becas para estudios universitarios y oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. De esta manera, la ONCE se convierte en un agente clave para la adquisición de habilidades y conocimientos que permiten a las personas con discapacidad insertarse en el mercado laboral de manera exitosa.
La ONCE cuenta con la concesión estatal para la comercialización de loterías en España. Esta concesión no solo le permite ofrecer juegos de azar atractivos para el público en general, sino que también le brinda los recursos necesarios para financiar sus acciones sociales. Los ingresos generados por la venta de los cupones de la ONCE se destinan a proyectos y programas dirigidos a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, así como a la creación de empleo para sus afiliados.
Gracias a esta concesión y al compromiso social de la ONCE, se ha logrado financiar la creación de infraestructuras, la promoción de la cultura y el deporte adaptado, así como otros servicios esenciales para las personas con discapacidad. Además, la ONCE trabaja en estrecha colaboración con otras organizaciones y entidades públicas y privadas para impulsar iniciativas conjuntas que beneficien a toda la sociedad y fomenten la inclusión de las personas con discapacidad.
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